Artista
Desde niña, el dibujo ha sido mi escape para expresarme libremente. Influenciada por historietas, libros de cuentos y películas, copiaba personajes. En la escuela, interpretábamos la Biblia y textos de Rodó y poetas uruguayos, nutriendo mi imaginación.
A los catorce años, empecé a experimentar con témperas en el taller municipal y luego con óleo en Casa de la Cultura con Aldo Curto. Admiro a Van Gogh, Caravaggio y otros, y me influencio en el surrealismo y la gráfica publicitaria.
Mi proceso creativo varía, pero suelo manchar el soporte y luego visualizar las formas, trabajando con óleo y acrílicos. Siempre busco nuevas técnicas y temas. En el siglo XX, me atrajeron los botes, chalanas, atardeceres y casas viejas.
Hoy, mi obra refleja recuerdos de cuentos infantiles, experiencias y reflexiones sobre la información que se difunde desde grupos de poder. Creo que el arte va más allá de la experimentación y la belleza, debe transmitir un mensaje.