
Productora audiovisual y de eventos
Hola soy Victoria Martínez, trabajo y vivo hace más de 20 años como productora audiovisual y de eventos en Uruguay.
Junto a Fabián y nuestros dos hijos, Juana y Salvador transitamos nuestra historia de vida.
Estudié licenciatura en comunicación y dirección de fotografía en cine en España.
Viajo de mochilera y como turista desde que recuerdo pude juntar dinero para hacerlo, recorrí varios países en distintos continentes y siempre tengo un proyecto de viaje a corto o mediano plazo.
La mayoría de los viajes que se ven en las pinturas de la viajera son reales, o contados por personas muy queridas o cercanas.
Amo la decoración, la pintura, las playas, los colores, las texturas, las lunas, la vida simple, la música, las esculturas, el diseño, las plantas, los animales, reciclar, escribir, arreglar, investigar, que me cocinen y sorprenderme… creo que algo de todo eso aparece en mis pinturas.
La viajera es tan caprichosa como su propia gestación, empecé a pintar cuando se inició la cuarentena, fue verme ordenando, que al encontrar óleos que tenia guardados, lienzo y palitos, que me puse a pintar mis primeros cuadros.
Nunca antes había pintado ni dibujado, siempre valoré el arte en los demás y me emociono mucho cuando veo pinturas que reflejan un poco del alma de quien las hizo.
Enseguida mis hijos reconocieron que les gustaba y me pidieron colgarlos en sus cuartos.
Esa respuesta fue el mayor impulso que podía tener para seguir pintando.
Fue así que me compré más materiales y pinceles y me propuse pintar en cuarentena un cuadro por día.
Es tal la fascinación de hacerlo, sentarme a pensar en el proyecto de lo que quiero contar, que puedo decir que me cambió la vida.
Antes de preparar los lienzos, pienso en un sentimiento, un lugar, un recuerdo o una acción positiva en donde pueda narrar una historia de la viajera con su compañero Tito, un gato negro que también funciona como firma.
Las viajeras se encuentran en espacios que recorren parte de mi infancia y de lugares donde fui y soy feliz, los colores aparecen como si estuvieran plasmados en mi memoria y pretenden que quien los mire vibre de simple alegría o se sienta identificado.
Llevo pintados más de 100 cuadros, muchos los regalé a amigos y familia, otros los vendí y otros esperan que alguien los quiera y vivir en sus hogares.
Creo que esto de pintar viene acompañado de las ganas de contar, de hacer, de no quedarse quieto y solo por amor, por las ganas de disfrutar del tiempo de crear algo que me hace feliz.
Podría decir que la viajera es una oda al ocio y al maravilloso aburrimiento que nos invita a contemplar lo que nos rodea en cualquier momento y en cualquier lugar y transformarlo en un viaje propio.