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Conociendo la obra de Carolina Surroca

Arquitecta de profesión, la artista Carolina Surroca moldea el barro desde sus comienzos en el arte y coloca toda su energía en crear desde sus manos, para sorprendernos con su variedad de técnicas.
Cerámicas estilosas en sus comienzos, piezas escultóricas y posteriormente pintura en lienzo marcan un camino de vida expresiva signado por la variedad y la gran producción.
En sus volúmenes de arcilla moldeada, la sobriedad y el buen gusto distinguen sus jarrones y vasijas, en composiciones que delinean sinuosas formas y apastelados tintes ocres y oscuros, con interesantes texturas.
Algunos de sus jarrones del inicio vislumbran ya una predisposición abstracta de manchas, puntillados y tachones que luego se ampliará y deiversificará en sus telas.
Ya en sus esculturas posteriores, en búsquedas con bloques -o unión de bloques- de arcilla, abre nuevos caminos de experimentación, juega, investiga, arma y rearma formas, sutiles relieves, con una destreza curvilinea absolutamente libre y atrayante.
La abstración, que moldea con determinación y una impronta muy personal, acaba abriendo más senderos de expresión, esta vez sobre las telas, donde la pintura comienza a aparecer en su actividad artística. Sin embargo algo más varía en su obra.
Surroca abandona los matices suaves de ocres y oscuros, para entregarse a la vibración espontánea del color sin límites, del trazo huracanado, de una expresión cromática que todo lo puede y todo admite.
Lineas curvas, rectas, explosivas…, trazos gruesos y manchas cargadas, alargadas, salpicadas…, tonos fuertes de primarios y matices estridentes, nos muestran una nueva mirada estética, un camino diferente, una opción por lo tocante, por la vibración,
por el cuestionamiento a sus propios inicios, y por una decisión personal de la artista de transitar, pictóricamente, la abstracción y el expresionismo.


Ricardo Botana.
uyArtistas

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