@bypaula_arte Paula Lammertyn, una artista nacida en Santa Fe, Argentina, ha cultivado su trayectoria en…
Descubriendo Museos CASA MUSEO GUAYASAMÍN
Oswaldo Guayasamín (Quito, 1919-1999), fue uno de los pocos maestros latinoamericanos de arte que no se formó en Europa, sin embargo su obra estaba a la altura de sus colegas, algunos referenciales como fueron Wifredo Lam, Roberto Matta, Tarsila Do Amaral o el propio Pablo Picasso.
Su obra estaba inspirada en su pueblo, en los indígenas a quienes les dio visibilidad internacional.
Partiendo de temáticas locales logró una factura con trascendencia y aplicabilidad en todo el planeta.
Guayasmín era asiduo a Cuba y cultivó un vínculo de amistad con Fidel Castro.
A raíz del aprecio que tenía para con el pueblo cubano, se asentó en una casa del siglo XVIII en el barrio de La Habana Vieja, hoy sede de su museo, la cual
visitaba periódicamente aunque nunca durmió allí.
Fue fundada como tal en 1992, siete años antes del fallecimiento del artista.
Durante el período de su restauración, llevado a cabo por el propio Guayasamín, se hallaron pinturas murales que habían decorado las paredes de la casona y que hoy día conviven con las obras del artista.
Para inaugurar la casa, el artista escogió estratégicamente el 8 de enero, trigésimo tercer aniversario de la llegada a La Habana de la Caravana de la Victoria, encabezada por Fidel Castro.
El museo cuenta con tres salas destinadas a unas pocas obras de Guayasamín, en su mayoría serigrafías, donde se destacan dos de los tres retratos que el artista le realizara a Fidel Castro, en 1961, 1981 y 1986.
Uno de ellos, por cierto el mejor, en virtud de que reúne los rasgos más representativos del estilo del ecuatoriano, es el único retrato donde aparecen las manos del retratado, sesgo típico del artista.
También Guayasamín le realizó retratos al General de Ejército Raúl Castro Ruz y a los cantantes Carlos Puebla, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Asimismo la casa cuenta con salas destinadas a exposiciones temporales que hoy día está acogiendo la obra del cubano Rafael Gomez.
También de acceso al público es la habitación comedor ubicada en planta alta, alhajada con pinturas y objetos artesanales típicos de Cuba.
Tuve la suerte de ser recibido por el propio director del museo, el joven museólogo Fabián Betancourt, quien me acompañó durante toda la visita, dejando las puertas abiertas para recibir a artistas uruguayos como invitados a exponer en el museo.