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Descubriendo Museos FUNDACIÓN VASARELY
por Daniel Benoit Cassou
Artista, periodista y escritor
Dejarse envolver por las obras de arte con el fin de que nos hagan suyos sin opción a negarnos, es una forma efectiva de vivir el arte contemporáneo hoy día.
Un lema de mi autoría que siempre digo y aplico es “hay que ver las obras de artes y dejarse ver por ellas”, lo que de alguna manera se traduce en permitir que las mismas nos abracen por su espíritu dejándolas actuar a través de nuestros sentidos.
Este tipo de experiencias vivenciales no solo se generan en las exposiciones inmersivas, sino que también las podemos experimentar si nos dejamos observar por las obras que nos rodean.
El museo en Francia que alberga la colección de obras de Victor Vasarely es un ejemplo claro de ello, donde sus monumentales obras no nos dan otra opción.
Victor Vasarely (Pécs,1906-1997) es el padre del Op Art, a quien se le suele llamar el “abuelo” de esta corriente.
Luego de intentar ser médico y de algunas experiencias laborales, en 1930 abandona su Hungría natal y se traslada junto con su esposa Claire Spinner a París, donde dará comienzo a su carrera artística internacional.
Su experiencia durante la década anterior como diseñador gráfico y artista de carteles, propiciará su primer obra considerada Op Art.
Esta corriente fundada por él y por Yaacov Agam, entre otros, con seguidores que han logrado una gran trascendencia internacional como los venezolanos Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz Diez, es la abreviatura del término sajón “optical art”.
La misma consiste en el desarrollo de obras abstractas que guían nuestras miradas simulando movimientos y toda suerte de ilusiones ópticas que nos inducen a lograr distintas visiones de las mismas diferentes en cada espectador.
Se trata de una suerte de engaño visual que nos seduce y atrapa durante un tiempo mayor al que solemos destinar para apreciar otras obras de arte.
En algunos casos también las obras pueden ser movidas accionadas por algún dispositivo.
A pesar de la osadía de Vasarely quien comenzó a desarrollar este tipo de obras en la década del 30, tuvimos que esperar recién hasta 1964 cuando el término fue acuñado buscando la forma de definir al arte abstracto no objetivo que se valían de ilusiones ópticas.
A Yaccov Agam (Palestina,1928) tuvimos la oportunidad de conocerlo en Punta del Este en una estupenda exhibición llevada a cabo por Galería Sur dirigida en ese entonces por Jorge Castillo en su local en la península de Punta del Este, la que quedó en nuestras retinas y mente.
Asimismo en el Museo de Arte de Atchugarry, en la temporada estival pasada, tuvimos la oportunidad de apreciar las obras de Julio Le Parc (Mendoza,1928), quien también opera bajo la misma modalidad artística.
En las afueras de Aix en Provence, se encuentra uno de los museos mas espléndidos que da cuenta de esta corriente, como lo es el museo de Vasarely quien junto a su esposa habían creado su fundación en 1966.
El museo, ejemplo de la arquitectura moderna francesa, está conformado con siete prismas hexagonales simulando un panal de abejas y solamente el edificio justifica llegar hasta allí.
Fue diseñado por el propio Vasarely quien lo inauguró en 1976.
Recientemente fue sometido a una gran remodelación y hoy es una de las grandes ofertas museísticas de Francia.
A pesar de contar con pocas obras y de su espacio reducido comparada con la sede del museo de Vasarely en Pécs, la efectividad lograda es única y vale la pena vistarlo.
En este link se puede realizar una vista virtual del mismo: