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Descubriendo Museos MUSEO ARTE CUBANO

por Daniel Benoit Cassou
por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Biografía

Siempre los uruguayos hemos presumido de nuestra educación y formación intelectual, con base en la educación pública, incluida la universidad, la cual ha sido receptora de estudiantes de otros países latinoamericanos.
Pero eso ya es historia.

La escuela pública ya no es lo que era antes y tampoco los institutos privados, a excepción de algunos pocos, fuera del alcance de la mayoría de los presupuestos familiares, dan cuenta de ello.
Otro tanto ocurre en materia de las artes plásticas.

Joaquín Torres García fue el gran maestro del arte moderno no solo para Uruguay sino para toda América llegando su influencia hasta los Estados Unidos .
Y a partir de ahí en más, hemos tenido una gran lista de artistas de prestigio internacional.

Fútbol y arte, son sinónimos de nuestro país, sin embargo la ausencia total de museos, dicen otra cosa.
Cada vez que un extranjero llega a nuestro país, no tiene chance alguna de acercarse a los artistas que nos han precedido partiendo desde Juan Manuel Blanes así como tampoco de los actuales.

Cuba carece de varios de aspectos básicos que le impiden definirse como una gran nación, sin embargo, cuenta con estupendos museos que denotan el prestigio de sus artistas a quienes honran en los museos.

Del Museo de Bellas Artes ya hicimos referencia en una nota anterior.

Pues el Museo de Arte Cubano es digno de admiración.
Su acervo está aceptado en un enorme edificio, donde las obras están divididas y clasificadas por distintas épocas históricas.

Las salas están muy bien dispuestas con obras distribuidas que permiten una perfecta apreciación de las mismas.

Dentro del sector del Surgimiento del arte moderno, destaca quien fuera el principal exponente a nivel internacional dentro de la vanguardia de principios del siglo XX, como lo fue Wifredo Lam (Sagua la Grande, 1902-1982).
Este artista hizo su carrera en Europa, pero regresó a Cuba en 1941 con una madurez artística que supo aplicar a su entorno familiar, con el cual logró traspolar la obra con difusión no solo dentro de su país, sino también a nivel internacional.
Sus obras, plagadas de una naturaleza frondosa típica de su ciudad natal, sumado a personajes y elementos propios de la religión afrocubana que le acercó una tía suya, le facilitó la temática.
El museo dispone de una sala con varias obras de suyas, que aunque no son las más destacadas dentro de su carrera, nos permiten un buen acercamiento a su trabajo.

Otro sector del museo está destinado al Grupo Los Once, quienes trabajaron entre 1953-1955, dentro de la línea de la abstracción, llamada lírica vinculada con el “action painting”norteamericano.
Esta agrupación dio paso
a una nueva etapa dentro del arte cubano contrapuesto a todo el precedente, catalogado por los integrantes como obsoleto, decadente y sin esencia.

Arte Cubano 1960-1970: el triunfo de la Revolución en Cuba en 1959 promueve una serie de artistas atentos a los acontecimientos que cambian el paisaje político, social y cultural de la nación.
Aunque la abstracción se mantuvo vigente en algunos artistas hasta 1963, otros iniciaron un retorno a la figuración, consecuencia de un renovado interés por el hombre y sus circunstancias.
Entre ellos destaca Ángel Acosta León (Marianao,1930-1964) desaparecido en el mar, Servando Cabrera Moreno (La Habana, 1923-1981), Raúl Martínez (Ciego de Avila, 1927-1995) y el caso de Antonia Eiriz (La Habana, 1929-1995), quien trabajó dentro de un expresionismo reflejo de la angustia y el dramatismo propio de la época, entre otros artistas.

Dentro del período marcado entre 1967 y 1981 están comprendidos los artistas desde finales de los 60 que muestran las diversas tendencias artísticas iniciales del período.
Los mismos abarcaron las primeras promociones de la Escuela Nacional de Arte (ENA) a partir de 1967 así como el resto de los autores graduados de la Academia San Alejandro o artistas autodidactas.
El sector exhibe artistas quienes se manifestaron a través del arte popular, el fotorrealismo y fundamentalmente del grabado, formato muy destacado en Cuba.

Otro sector está destinado a albergar obras de la renovación del arte cubano acaecida ente 1979 y 1988.

Aunque la nómina de artistas es amplia, podemos citar a José Bedia (La Habana,1959), Ricardo Rodriguez Brey (La Habana,1955), Belkis Ayón Manso (La Habana, 1967-1999), Ruben Torres Llorca (La Habana,1957), Flavio Garciandía (Caibarién, 1954) y Tomás Sánchez (Aguada de Pasajeros,1948) por solo nombrar a algunos de los más interesantes.
Estos artistas de vanguardia lograron abrir espacios simbólicos inéditos en el arte nacional, con la incorporación del mundo de las religiones y culturas indo- americana y afrocubana.

Luego de 1991, cuando Cuba entra en un estado de notable precariedad económica y el contexto cultural se contrae rápidamente, la situación condiciona el surgimiento de nuevas estrategias para la vida y el arte.
A partir de ello varios jóvenes artistas en constante viaje de un sitio al otro fuera del país, han logrado una amplia notoriedad con reconocimiento internacional.

Entre ellos el museo da cabida a Kcho (Alexis Leyva Machado, 1960), Los Carpinteros, formado por Alexandre Arrechea ,(Trinidad, 1970); Marco Castillo (Camagüey, 1971) y Dagoberto Rodríguez (Caibarien, 1969).

También integran esta nómina internacional Belkis Ayón, Fernando Rodríguez, Abel Barroso, Esterio Segura, Luis Gómez, Sandra Ramos, Tania Bruguera y Carlos Garaicoa presentes en una magnífica selección presentes en forma asidua en las principales exhibiciones del mundo entero.
Las obras comprenden diferentes formatos incluyendo fotografía y vídeo arte con obra de la famosa artista Ana Mendieta.

A los efectos de concluir esta nota, resta sólo decir “chapeaux” al gobierno cubano y ojalá que Uruguay siguiera el ejemplo.

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