@bypaula_arte Paula Lammertyn, una artista nacida en Santa Fe, Argentina, ha cultivado su trayectoria en…
Recorriendo Exposiciones ADAM JEPPESEN
Otro destacado desembarco en Pueblo Garzón dentro del festival Campo ArtFest ha sido la presencia del dinamarqués Adam Jeppesen (Kalundborg, 1978), residente de Maldonado, quien intervino la pequeña construcción del Club Sideral.
Allí montó una instalación apoderándose de todo el espacio interno.
Para ello sostuvo en el espacio un objeto que amarró con tensores de un soporte.
Un elemento no menor de su instalación es la inaccesibilidad física pues la pieza se encuentra atrapada en un contenedor generando una sacralización de la misma, la cual debe de ser observada desde fuera a través de las aberturas de la construcción.
Jeppesen transita en su propia dimensión cuestionado el ecosistema abruptamente violado y agredido por el ser humano en forma constate.
Sus propuestas circulan entre lo tangible y lo efímero, espacios a los cuales guía nuestra atención.
Esta pieza que habita en el espacio, conduce nuestro pensamiento a un plano espiritual generando una especie de levitación que nos despega del piso a la par de la propuesta.
La obra, especie de ecosistema
flotante, nos observa, calando hondo nuestro ser. Su forma irreconocible impacta generando en el espectador un reseteo mental. Es enigmática y nos paraliza hasta tanto podemos soportar su presencia.
Su temática radica en el equilibrio y la tensión que se pauta entre el hombre y la naturaleza.
Luego del impacto atrapante que nos provoca, nos cuesta seguir andando. La continuamos pensando a la vez que ella nos piensa en nosotros mismos.
Jeppesen logró notoriedad internacional a partir de sus imágenes de paisajes remotos y accidentados donde hace hincapié en las imperfecciones físicas que sufrieron sus negativos a lo largo de sus largos viajes.
Esas interferencias dentro de paisajes que solemos reconocer y aceptar como habituales y a nuestro servicio, nos hacen reflexionar sobre aquello que es natural así como la incidencia en nuestros actos que afectan a la naturaleza.
Esas mismas imperfecciones que provoca son motivo inspirador también para Ciro Jaumandreu (Montevideo, 1977), quien también genera tensión desestabilizadora casi imperceptible en sus fotografías.
Este punto de encuentro común entre ambos, es un motivo desacelerador en nuestra fulgurante y despiadada mirada provocada por el ajetreo diario en nuestras vidas.
Ambos artistas hacen foco en las reflexiones sobre los riesgos de la existencia y la despiadada ambición humana de desarrollo y progreso.
Sería bueno ver una muestra colectiva en un diálogo entre ambos artistas.
Por otro lado Jeppesen inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry el 5 de enero pasado, una muestra que complementa su retórica con la colaboración del artista Kim Dolva.
“Al paso de la lumbre”, ocupa las tres salas del edificio de acceso al museo.
La muestra comulga con la filosofía del Wabi-Sabi, una estética japonesa que encuentra la belleza en la imperfección y la fugacidad.
Para ello el artista recurre al uso de la fotografía, leños quemados, una réplica en formato menor de la escultura expuesta en Campo ArtFest, una alta escalera caracol de madera, acabando con una enorme instalación compuesta por castillos de arena producto de un molde infantil que poco a poco sufrirá el deterioro de la exposición producto de la inestabilidad de la arena.
Jeppesen ha publicado varios libros y sus obras han sido expuestas en varios museos y reconocidas salas, formando parte asimismo de destacadas colecciones internacionales.
Conviene darse una vuelta por su exposición que seguramente no nos dejará indiferentes a la vez que es un claro ejemplo de por donde transita parte del arte contemporáneo comprometido con la naturaleza, hoy día.