@bypaula_arte Paula Lammertyn, una artista nacida en Santa Fe, Argentina, ha cultivado su trayectoria en…
Recorriendo Exposiciones ANTROPOCENO
El 17 de diciembre Fundación PROA estará inaugurando una muestra que genera expectativa por su temática tan vigente.
El Antropoceno es un término que viene siendo muy utilizado en ámbito del arte, donde los artistas se valen de sus obras, (pinturas, fotografías, videos, entre otros soportes), para plasmar la enorme inquietud mundial que genera el hecho de que el ser humano ha tomado un gran protagonismo agudizado a partir del Siglo XXI, buscando fines económicos y sin considerar los efectos colaterales que ciertos emprendimientos como la minería, por solo nombrar a uno, ocasionan.
El termino fue creado por el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer, y se popularizó a principios del 2000 a partir del holandés Paul Crutzen, premio Nobel de Química, quien se valió del mismo para designar la época en la que las actividades del hombre empezaron a provocar cambios biológicos y geofísicos a escala mundial.
Ambos científicos consideraron 1784 como año de comienzo a partir de la máquina de vapor que dio paso a la Revolución Industrial y a la utilización de energías fósiles.
La temática la hemos abordado en el análisis del libro de Graciela Speranza, “Lo que no vemos, lo que el arte ve” y recientemente a partir de la instalación llevada a cabo por Sofia Córdoba en Universal, Montevideo.
Para esta ocasión PROA, dirigida por Adriana Rosenberg, que siempre sorprende por la calidad de sus artistas así como por la impronta en sus temáticas, llevará a cabo la muestra Antopoceno.
En la misma participaran tres artistas canadienses.
Edward Burtynsky (St. Catherines,1955) es fotógrafo y artista reconocido internacionalmente por sus fotografías de gran formato de paisajes industriales.
Las fotografías más famosas suyas son grandes vistas de paisajes alterados por la industria que siempre acompaña con un alto grade estético.
Jennifer Baichwal (Montreal,1965) es una documentalista, escritora y productora canadiense.
Sus trabajos se han destacado no solo por las temáticas que aborda, sino por al coraje que conlleva plasmar sus trabajos, pues no siempre es fácil acceder a espacios privados donde se llevan a cabo emprendimientos que afectan el universo, en tierra, mar y aire, afectando la calidad de vida del ser humano y comprometiendo las generaciones futuras.
Por solo citar un caso, cabe destacar su trabajo en Norilsk “la ciudad cerrada”, donde cada año las fundiciones de cobre que operan allí en minas subterráneas en los montes Urales, liberan al aire quinientas toneladas de óxidos de cobre y níquel y dos millones de toneladas de dióxido de azufre, sin depurar.
Eso limita la expectativa de vida de toda la población mundo y afecta de formar directa en los trabajadores con un promedio de diez años por debajo del promedio nacional.
Norilsk, no se accede por tierra, está ubicada a 200 millas al norte del Círculo Polar Ártico y ocupa a 175.000 trabajadores.
Es una de las ciudades más contaminadas del mundo y es la principal proveedora de paladio para los teléfonos celulares, lo que nos transforma en cómplices universales.
Nicholas de Pencier (Toronto) es un director de fotografía y cineasta canadiense y está casado con Jennifer Baichwal.
Es el director de fotografía y productor de la mayoría de las películas de su esposa y ha filmado varios documentales siempre de carácter denunciativo.
Valdrá la pena cruzar el charco y dejarse contaminar por esta propuesta que sin lugar a dudas será de gran provecho, puesto nos hará tomar consciencia de los efectos negativos de estas empresas.
En mi reciente viaja a Salta, tuve la oportunidad de tomar contacto con las tristes consecuencias de estas empresas contaminadoras de aire, tierra y agua.
Sus actividades provocan la extinción de varios animales y obliga a pobladores de la región a movilizarse hacia otras regiones donde puedan vivir de su trabajo rural, entre otros.