Recorriendo Exposiciones JUDITH BRÍTEZ

Luego del estallido de manifestaciones artísticas en sus mas diversas opciones celebradas en el Este de nuestro país, abordar una exposición con las características de esta artista, nos conduce a un sosiego que remite a la esencia del arte donde simples formas y líneas nos dicen mucho.

En el 4to piso del Museo Torres García, se está llevando a cabo una exquisita y sensible exposición llamada “Percorso Madí” a cargo de Judith Brítez (Montevideo, 1975).

Con una formación iniciada desde niña en el taller de sus abuelos maternos Maddalena Mori y Vicenzo Di Sano, nobleza obliga nombrarlos, que luego continuará en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Montevideo, estudios cursados en Florencia, así como en el taller de Federico Arnaud, Brítez da cuenta de un claro manejo de formas y materiales.

Dentro de la línea del Madí, creada por Carmelo Arden Quin (Rivera, 1913-2010) junto con el argentino Gyula Kosiche (Eslovaquia, 1924-2016), la cual ha logrado una gran difusión en todo el mundo, Brítez despliega su extrema sensibilidad la cual abarca tanto acero, papel, acrílico, así como el textil trabajado dentro de la técnica del telar que adoptara luego de su formación en la Escuela Pedro Figari.

Sus telares remiten a culturas de los Pueblos Originarios de América, como los Incas o los Huaria.

La disposición de la sala acompaña de forma ordenada el despliegue de sus obras, las que nos van guiando paso a paso logrando un ritmo sensorial y mental que resuena entre nuestro andar y las mismas, desde donde emergen también movimientos generados por las formas.

El acero se doblega en las manos de Brítez, quien logra con diversas formas y cortes muy sencillos, transmitir la majestuosidad de las piezas.

Con simples líneas de corte, la artista consigue dibujar sobre las gruesas planchas de acero, siempre dentro de una abstracción geométrica.

En el conjunto se percibe un lenguaje que remite a nuestra historia donde están presente las enseñanzas de Joaquín Torres García quien siempre pedía a sus alumnos que buscaran inspiración en sus propias raíces.

Si bien Arden Quin no pertenecía al Constructivismo del Taller de Torres García, fue a partir de una conferencia que diera el maestro en 1935 y provocado por ello, buscará la forma de expresarse dentro de la abstracción que mas tarde desarrollará en Buenos Aires.

La continuidad del Madí se da en varios países. Es la única corriente nacida en el Río de la Plata que aun no ha logrado ser reconocida como tal dentro de la Historia de Arte Universal, pero sigue ganando adeptos en forma constante.

Brítez expuso en el Palais de Glace en Buenos Aires en 2011, en una muestra colectiva con una gran asistencia de artistas quienes se manifestaron en diversos soportes, la que tuve la oportunidad de visitar dejándome una muy buena impresión.

A instancias de la esposa de Arden Quin, Sofía Kunst, Brítez forma parte del Movimiento Madí Argentino.

“Percorso Madí” inaugurada en agosto pasado, fue curada por Marcelo Larrosa, pareja de la artista y Giulia Ampolloni.

El catálogo cuenta con un texto del director del Museo, Alejandro Díaz Lageard, quien hace una presentación y un análisis de la obra muy enriquecedor que facilita el acercamiento del espectador a la propuesta.

También allí figura un texto de otro colega de Brítez, el artista italiano Piergiorgio Zangara (1943), integrante del Movimiento Madí Internacional, a quien tuvo la oportunidad de conocer en 2013 en Italia, quien a su vez la conectó con Tomas Maldonado (Buenos Aires, 1922-2018), otro destacado integrante del Madí y gran difusor de la corriente en Europa.

Brítez cuenta con una amplia participación en muestras colectivas e individuales tanto locales como en el exterior, las que la han llevado a lograr una excelente visibilidad y admiración por el público.

En 2023 montó una pieza en acero en la Reserva Natural Kikyó de 2 por 1,10 metros, que recostó en forma magistral sobre rocas en los verdes campos de las sierras de Lavalleja.

Judith Brítez denota que el arte a partir de simples líneas y formas puede ser un gran transmisor evocando la simpleza así como la sutil creatividad, a la vez que logra transferir información histórica que nos hace suyos.

Con su obras inspirada en lo local, Brítez logra un lenguaje internacional, lo que denota la calidad de un artista.

La muestra estará expuesta hasta el 28 de febrero 2024.