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Recorriendo Exposiciones REZA ARAMESH

por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Reza Aramesh nació en Irán en 1970 y a los 15 años se mudó a Londres.

Comenzó originalmente trabajando en fotografía y hoy día se desempeña en escultura incursionando también en la instalación.

Su obra está inspirada en las noticias de violencia provenientes de la prensa que luego vuelca en sus esculturas vinculándolas con iconos religiosos como son los casos de los santos renacentistas confrontado al discurso narrativo de la Historia del Arte.

Aramesh conjuga en sus piezas la belleza junto con el terror.

Para ello se vale de la escultura barroca así como de la pintura de santos en estado de éxtasis donde Lorenzo Bernini (Nápoles, 1598-1680), ha sido uno de los máximos exponentes en Italia. Pensemos en la escultura “Éxtasis de Santa Teresa”, (1645-1652), ubicada en la iglesia Santa María de la Victoria en Roma.

Asimismo el terror de las obras de Aramesh proviene de los ámbitos bélicos así como de cárceles y centros de detención desde mediados del siglo XX hasta la actualidad.

De esta manera el artista crea un diálogo entre los iconos religiosos de la Historia del Arte europeo y las imágenes de las distintas zonas internacionales que se encuentran en conflictos de guerra.

Actualmente está llevando a cabo su primer muestra individual en Venecia en la iglesia de San Fantin aunque ya participó como representante del pabellón de Irán en la 56 Bienal.

Con el apoyo del Museo de la Inmigración de Buenos Aires (MUNTREF) y el Instituto de Arte Contemporáneo de Miami (ICA Miami), así como con la colaboración de la Diócesis Patriarcado de Venezia, Dastan Art Gallery y Stjarna.art, Aramesh está presentando la exhibición titulada NÚMERO 207 bajo la curaduría de Serubiri Moses (Uganda, 1989) radicado en New York.

El nombre de la exposición está inspirado en el número de puerta de calle su estudio así como también hace referencia “a los misterios de amor, angustia y deseo puestos en marcha por el filósofo griego Pitágoras y su atribución de importancia a estos números como simbólicos”, según expresa la nota de Moses.

Cabe tener presente que la selección del espacio expositivo, en este caso la iglesia de San Fantin, no es aleatorio.

Era allí mismo donde la Orden de San Fantin consolaba a los condenados previa ejecución durante la época medieval.

La muestra, por cierto una de las más destacadas dentro del ámbito de la 60 Bienal de Venecia, está dividida en tres grupos de esculturas de mármol talladas a mano que Aramesh ha llevado a cabo con la colaboración de artesanos de la región de Carrara, Italia.

Está compuesta por tres esculturas de cuerpo entero de hombres encapuchados, que han sido torturados y siempre en situación de vulnerabilidad.

Uno de ellos es presentado con las manos atadas a la espalda.

Las manos así como los pies tratados con suma perfección transmiten la tensión de estos hombres expuestos frente al abuso del poder.

La sala por su lado está diseminada con calzoncillos que acaban de ser quitados y dejados en el piso, tallados también con sumo detalle en mármol.

Las cabezas decapitadas que Aramesh ha colocado en la iglesia así como sus personajes en calzoncillos, dan cuenta del

pánico que genera el poder dominante de ciertas naciones así como de algunas organizaciones o situaciones límites.

Reza Aramesh vive y trabaja entre Londres y Nueva York.

Tiene una maestría en Bellas Artes de la Universidad Goldsmiths de Londres.

Ha expuesto en prestigiosos museos de todo el mundo y sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas.

Participó en la 14 Bienal de La Habana y sus obras están presentes en algunas de las ferias más importantes del mundo como Art Bassi, Frieze o Armory Show entre otras.

Tomé conocimiento de la obra Reza Aramesh en una galería de arte en Alserkal Avenue en Dubai.

Luego en Irán me ocupé de saber sobre él sin éxito alguno pero he estado atento a su carrera la cual lo ha llevado a ocupar destacados lugares en todo el mundo.

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