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Recorriendo Exposiciones
MUJERES ARTISTAS en el MUSEO BLANES
por Daniel Benoit Cassou

Desde la década de los 70 del siglo XX, a partir básicamente de la iniciativa de la historiadora Linda Nochlin (New York, 1931-2017), se comenzó a dar cabida a la presencia de las mujeres artistas dentro de la Historia del Arte Universal.

Nochlin publico en 1971 el artículo ¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?, el que ha sido considerado el texto fundacional de la teoría artística feminista.

A partir de ese momento, la mayoría de los museos pusieron a trabajar a sus historiadores para dar inserción a las mujeres artistas, que si bien formaban parte de sus acervos, no habían sido promocionadas y en la mayoría de los casos habían sido desconsideradas.

Al día de hoy aun existen algunos museos de destacada trayectoria que no han puesto a las mujeres artistas a la altura de los grandes artistas.

Recién hace un par de años el Museo del Prado realizó un revisionismo acorde a ello en el cual aun hay mucho por lograr.

El Museo de Bellas Artes Juan Manuel Blanes de Montevideo, dirigido por Cristina Bausero, ha denominado algunas de sus salas a modo de homenaje con nombres de artistas uruguayas entre las cuales figuran María Freire, Hilda López y Petrona Viera.

Asimismo el Museo se viene ocupando de promocionar las obras de las artistas uruguayas, en una sucesión de muestras individuales como colectivas que van variado en forma anual.

Actualmente en una de las salaș laterales se está llevando a cabo la muestra titulada “Mujeres artistas nacidas entre 1890-1930”.

La misma recoge registros de obras de mujeres que forman parte del acervo del museo a través de distintas tendencias pictóricas y escultóricas.

Si bien la lista debería de ser mas extensa, es un buen indicio del interés del Museo en recuperar la imagen de sus artistas.

En virtud de los espacios del Blanes que se perciben un tanto vetustos, con paredes pintadas en colores apagados, con muy mala iluminación, todo lo que genera un escaso interés para ser visitado, las obras no lucen como debieran.

Al Museo Blanes le falta una remodelación que lo convierta en un espacio mas provocador para ser visitado, máxime que se encuentra en un sitio bastante equidistante de la zona céntrica de la ciudad.

En cada oportunidad que asisto, salgo con una cierta desazón a raíz de su pobre carácter expositivo, lejos de lo que debería de ser.

Ver la gran cantidad de obras de uno de nuestros principales artistas como lo es Pedro Figari (Montevideo, 1861-1938), que por otro lado no se entiende por que no están en el Museo Figari, no resulta alentador ni siquiera gratificante.

Están colgadas en dos oscuras salas que se asemejan mas a un mausoleo que a un museo del siglo XXI, lo que desanima al visitante.

En épocas donde los museos apuntan a la amplitud y la claridad de sus salas pintadas de blanco, con luz natural y donde la naturaleza también participa a través de ventanales, da pena ver una casa tan esplendorosa y que aún estando rodeada de un hermoso parque, luzca tan apagada y lúgubre.

El jardín también se prestaría para un espacio expositivo de esculturas de artistas contemporáneos tanto nacionales como invitados extranjeros y no se entiende la razón de que allí exista un jardín japonés que nada tiene que ver con nuestra flora y fauna, ni con nuestra cultura.

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