Recorriendo Exposiciones
SOMBRAS ATÁVICAS
por Daniel Benoit Cassou

Nora Kimelman (Montevideo, 1949), es una artista versátil. Su obra ha transitado a través de varios soportes, incluyendo la pintura, el dibujo, la escultura, así como la joyería.

Es licenciada en Artes Plásticas y Visuales, egresada del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes por la Universidad de la República, y lleva muchos años con constante presencia en diferentes salas de Montevideo.

En sus últimas dos muestras realizadas en el Museo Zorrilla, ha recurrido al arte textil, haciendo uso de bordados que realiza a mano, creando tapices y esculturas blandas.

Su temática recurrente está relacionada tanto a su identidad, así como a sus orígenes, los cuales los extrapola y los hace aplicables fundamentalmente al resto de su género, con una perceptible carga hacia la falta de libertad que algunas mujeres han padecido.
El tema de las migraciones es otro elemento que suele abordar en sus planteos.

En esta oportunidad y bajo la curaduría de Jacqueline Lacasa, Kimelman está presentando la muestra titulada “Sombras Atávicas”.

Se trata de un homenaje a las mujeres que pueblan su memoria ancestral, dentro del contexto social, cultural y religioso, en algunos casos munidas de guantes de boxeo haciendo alusión al esfuerzo para abrirse camino en sus vidas.

Para ello la artista ha recurrido a tapices de distintos formatos, así como a esculturas blandas que penden del techo, todas con imágenes femeninas.

La muestra da cuenta del grado de madurez de la artista, quien se ve muy cómoda y resuelta trabajando en dicho soporte.

Las caras utilizadas para dar vida a sus mujeres arcaicas, son su propio autorretrato.

A pesar de las pequeñas dimensiones de la sala y del excesivo número de obras que Kimelman utiliza, la muestra se puede percibir claramente, logrando un apacible recorrido mejor captado cuando se visita en forma individual.

El detalle que corona la exposición es una mecedora colgada del techo, la cual echa raíces, señal del paso del tiempo, que hace alusión a las generaciones de mujeres que pueblan su íntimo escenario.

Esta propuesta denota que Kimelman ha encontrado un soporte el cual combinado con el dibujo, le permite expresarse de forma magistral, habiendo logrado una de sus mejores muestras.