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Visitando Talleres ALEJANDRO O’NEILL

por Daniel Benoit Cassou
por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Biografía

Ni bien me enteré del trabajo que Alejandro llevaba a cabo, me ocupé de visitarlo.

El arte está cada vez más en romance con la naturaleza y un ámbito depende del otro.

Alejandro O’Neill ( Rivera, 1986), reúne ambos conceptos.

Por un lado su padre productor rural y por el otro, su madre, Teresa Puppo, una artista plástica con una gran presencia en nuestro medio que le ha transmitido la sensibilidad por el arte.

Alejandro es paisajista y diseña jardines ecosistémicos y auto sustentables, usando naturaleza autóctona y basado en los principios de ecología y sostenibilidad, minimizando el uso del agua.

Tiene varios años de experiencia en su actividad habiendo comenzado en Reino Unido.

Actualmente reside la mayor parte del año en Niza, donde radica el epicentro de su clientela.

En Europa trabaja con naturaleza mediterránea y en Uruguay con nuestra flora nativa recuperando el paisaje agreste que hemos ido sustituyendo por plantas importadas.

La diferencia es claramente visible en su chacra junto a la de su vecino.

Mientras que Alejandro la tiene toda cultivada por plantas agrestes, las elegantes Caragutá, donde no faltan las chircas, cardos, además de las gramíneas que crecen espontáneamente como las colas de zorro, disponiendo también de una zona en arena donde cultiva especies psámofilas como Petunia axillaris, Chromolaena Hirsuta entre otras 50 especies.

Asimismo cuenta con una amplia variedad de árboles como el Espinillo, Moye, Tarumán, Coronilla, Arazá, Quebracho, Pindó, entre tantos otros, mientras que su vecino lindero tiene un césped controlado por la cortadora, con árboles y plantas que no son autóctonas.

Además de su trabajo de paisajista en Uruguay, Alejandro es profesor en le ORT.

Vive en una chacra en Punta del Este donde hizo su cabaña de reducidas dimensiones pero muy confortable.

Su idea es montar allí un espacio dedicado a la experimentación artística de la mano de la naturaleza con residencias para pero los interesados.

Tiene algunos proyectos elaborados junto con su madre como el de “Campo Sucio” y su idea es comenzar a residir más tiempo acá y menos en Europa.

Hoy día existe una concientizacion por la recuperación de la flora autóctona considerada patrimonio nacional.

Esta práctica es tendencia internacional donde varios espacios artísticos han sido instalados en medio del campo buscando un diálogo entre las obras artísticas realizadas por el ser humano y las realizadas por la naturaleza, aspecto esencial para nuestra biodiversidad tan necesaria.

Ejemplo de ello, podemos citar el jardín que los Kofler de origen austríaco, hicieron diseñar junto a la obra del escultor James Turrel en José Ignacio, compuesta por más de 15 mil plantas autóctonas que fueron plantadas por el equipo ganador del concurso pertinente.

Otro caso, un poco más lejos, es el museo de arte contemporáneo Inhotim en Belo Horizonte, Minas Gerais en Brasil donde las obras de arte comulgan con la naturaleza.

Acá en Uruguay aun estamos reacios a la aceptación de nuestras plantas nativas indígenas y continuamos sustituyéndolas por plantas y céspedes importados.

Pero hay algunas centros que felizmente apuestan a la recuperación de nuestra flora como es el caso del emprendimiento Psamófila, quienes se ocupan de la producción y venta de semillas de flores silvestres.

También el vivero Montenativo, produce sus propias plantas autóctonas, forestales, frutales y ornamentales en defensa de nuestra flora nativa, por solo nombrar un par.

Alejandro O’Neill tiene una larga experiencia internacional y ha realizado trabajos en Rusia, Japón y Europa, con presencia permanente en varios eventos y ferias del ramo.

Es una gran suerte para nuestro país, su interés por trabajar en nuestro medio búscando concientizarnos sobre la importancia de recuperar los biosistemas tan necesarios, amén de la aceptación de la estética.

“Cosas brillantes suceden en hábitats sostenibles”, reza al inicio de su sitio web, y sin lugar a dudas a ello deberíamos de apuntar.

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