Visitando Talleres GABRIEL MARCHISIO

Gabriel Marchisio (Montevideo, 1963), es un artista muy versátil en sus pinturas, aunque siempre es el mismo tenor sensible, el que está presente en las mismas.
Sus obras son racionales a la vez que viscerales.

Inició su carrera en Bolivia, Perú y Ecuador, donde se dejó seducir durante los seis años de periplo en que anduvo por allí, con temáticas referentes a la historia de esos países, así como por elementos inherentes a la cultura cotidiana de dichas sociedades.
Dese su postura como extranjero, fue un provocador en la intromisión de ciertas temáticas que hasta ese momento los propios habitantes, no habían considerado.

De esa forma, con la hoja de coca, por ejemplo, logró notoriedad en sus pinturas generando una gran popularidad.
Algunos de esos símbolos con los cuales Marchisio se involucró mediante una gran compenetración y análisis, continúan al día de hoy, y luego de más de tres décadas, apareciendo en sus pinturas.
Pero tampoco se ha quedado allí anclado.

Sus obras son netamente figurativas, las que recorren diferentes temáticas incluyendo retratos, así como otras de carácter introspectivo.
Dentro de su verborragia artística, pues Marchisio nunca para y no deja de crear series nuevas, llama la atención unos dibujos realizados con chocolate, elemento que también lo vincula con los países latinoamericanos que lo marcaron en su juventud.

El chocolate, mezcla de azúcar y cacao, producto autóctono de los pueblos pre colombinos, tiene una connotación muy amplia a la hora de su evocación y representatividad.
Marchisio trabaja con un chocolate en particular el cual prepara y manipula, cuidado con conocimiento de causa, para que el mismo perdure en el tiempo en sus pinturas sobre papel, sin dejar de emanar el perfume del propio cacao.

Desde el 2000 Gabriel está radicado en New York, donde combina sus pinturas con la actividad de tarotista que desempeña desde que tenía 7 años de edad.
Eso le ha permitido también una gran popularidad entre un amplio número de clientes provenientes del ámbito de celebridades de Hollywood, así como de artistas y público en general, que suele atender principalmente en el Chelsea Hotel.

Años previos a su llegada a Estados Unidos, y luego de haber logrado varias premiaciones locales en concursos como fue el Premio Coca Cola – Varig, 1991, jurado por Alfredo Testoni, Nelson Di Maggio y Alicia Haber, Marchisio estuvo radicado en Suiza, Alemania, Holanda y España, donde llevó a cabo varias exposiciones individuales que le generaron un gran protagonismo con una nómina importante de clientes y coleccionistas.

Marchisio es una persona muy generosa con su tiempo, a la vez que simpático y siempre receptivo para con sus amigos que cuando pasan por New York le visitan.
Se le echa de menos en Montevideo donde debería de llevar a cabo alguna muestra que lo actualice en nuestro medio artístico.