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Visitando Talleres
CIRO JAUMANDREU

por Daniel Benoit Cassou
por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Biografía

Ayer fue un día largo, dedicado a visitar talleres, cosa que suelo hacer cuando voy para el Centro y concerto varias reuniones.

Uno más interesante que el otro, notas que ya iré subiendo, pero hay una, esta en particular, que me pide salir de mi cuanto antes.

Llegué a Pensión Cultural Milán, muy cansado y sofocado por el calor.

Mientras iba en camino, pensaba que no debería de haber marcado cita a esa hora luego de otros talleres.

Cada visita, me implica una compenetración profunda, catártica, para poder comprender el espíritu del artista.

Nunca me interesa que el artista me dé la interpretación de sus obras, sino saber cual ha sido el motivo generador, inspirador, que le ha llevado a crearla.

Sabemos que los artistas siempre trabajan con una sola temática, la cual puede adoptar diferentes facetas, pero en el fondo siempre hablan del mismo tema.

Pues, mismo así, cansado y con calor, llegué al taller de Ciro.

En el momento en que puse un pie en el mismo, percibí al instante, que estaba entrando en otra dimensión. No sé si la del artista, pero sí otra. Todo iba a depender del suceso de la charla.

Ciro, con esa cara llena de paz y su cálida sonrisa, me dio la bienvenida en su ámbito de trabajo, ordenado de forma detallista, con incienso y una paz absoluta. Una forma muy adecuada para lograr transmitir su obra.

En el momento en que entré, sentí que estaba ingresando a una instalación muy bien montada y con la guía del propio artista.

Ciro Jaumandreu (Montevideo, 1977), padre de dos hijos adolescentes, es un artista visual que proviene del ámbito del diseño gráfico, carrera que poco a poco ha venido dejando de lado, provocado por la creatividad artística que le ocupa su jornada.

De todas formas, en sus trabajos en diferentes formatos, se nota su formación en el diseño. Sus propuestas son contundentes, efectivas y planteadas de forma muy ordenada.

Desde hace unos pocos años que reside en El Pinar, ámbito acorde a su inclinación hacia la naturaleza, sin embargo viaja sistemáticamente hasta su taller ubicado en la Ciudad Vieja donde trabaja.

El diálogo fue fluyendo solo, de un tema al otro, siempre guiado hacia su forma de trabajo, donde la filosofía ocupa un lugar importante en sus obras.

Byung-Chul Han, es un gran referente en sus trabajos, entre otros filósofos.

Ciro es casi autodidacta. Pasó por la Escuela Nacional de Bellas Artes durante un par de años, pero sintió que allí no tenía chances de crear. Luego estuvo un tiempo en el taller de Marcelo Legrand, hasta que se dio cuenta de que la creatividad proviene de uno mismo y no de lo que los otros nos puedan enseñar, mas allá de que las técnicas son necesarias.

Su transitar es un camino interior. Los viajes que realizó a India, le dieron la oportunidad de consustanciarse con su espíritu y desde ese momento, se ha convertido en un viajero solitario atento a sus palpitaciones.

Todo ello se percibe a la hora en que el espectador se enfrenta a sus obras.

Desde hace un tiempo viene expresándose a través de la fotografía, pero el elemento tierra nunca lo abandona, así como la pala de cavar, que a modo de recordatorio, esta siempre presente en su taller.

“La tierra es el centro de emanación de mi obra, abordándola desde sus diferentes significados, rescatando su valor esencial, y con el propósito de restablecer, por medio del arte, la convivencia en sympátheia”, en palabras del propio artista.

La serie en la que está abocado hoy día, es producto de una combinación de varias fotografías, con las que crea sus propios ámbitos naturales, los cuales a través de pequeños detalles, descolocan al analítico espectador, a medida que va percibiendo ciertas ambigüedades.

Nada es lógico en sus fotografías, al mismo tiempo que tampoco dejan de serlo.

Esos montes y bosques tupidos de hojas, de cielos y de agua, no son mas que imágenes del profundo sentir de Ciro. Mas que fotos de paisajes, podríamos decir que son imágenes de su alma, de su sentir, de su parecer profundo.

Aborda la naturaleza con sumo respeto sabiéndose una parte nimia de la misma, a la vez que la hace suya, para poder expresarse.

“Del polvo venimos y en polvo nos convertiremos”,  es un pasaje bíblico del Génesis que se percibe claramente en sus trabajos.

Recorrer sus obras, algunas de las cuales emergen de penumbras, con algunos delicados toques de luz muy sutilmente marcados, se convierte en un ejercicio de intromisión, donde el espectador se va adentrado poco a poco hasta que la imagen lo hace suyo.

Desde hace pocos meses, Jaumandreu, está representado por María Lightowler (Buenos Aires, 1979), una comisaria, investigadora y museóloga, radicada en Madrid, con una gran proyección laboral internacional, que incluye participación en muestras y en diferentes ferias.

El próximo 18 de marzo se llevará a cabo la primera muestra en que Jaumandreu participara.

Todo lo mejor para ti Ciro!

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