La obra de Ungo encuentra en la acuarela su lenguaje actual, luego de una etapa…
Conociendo la obra de César Gómez
La obra de César Gómez se construye sobre capas que no buscan ocultar el daño, sino exponerlo. Fragmentos, hilos tensados, texturas rotas y colores que se enfrentan: cada cuadro es un mapa emocional que habla de lo que fue y lo que persiste.
Explora desde lo íntimo. No hay grandilocuencia ni impacto inmediato. Lo que hay es un diálogo sutil entre memoria, fragilidad y resistencia. Las composiciones remiten a estructuras en ruinas, pero también a intentos de reparación: costuras, líneas rojas, trazos que vuelven a unir.
Las palabras aparecen como susurros dentro de la imagen: frases escritas a mano que conectan con Hélène Cixous, Natalia Ginzburg o Matias Braslavsky. No decoran, sino que anclan el sentido.
Hay una coherencia en su lenguaje plástico que mezcla técnicas tradicionales como óleo y acrílico, con recursos menos convencionales como cinta de enmascarar, papel rasgado o costuras. Cada obra es una pregunta abierta.
En su recorrido artístico —entre talleres, muestras y colectivos— César elige una búsqueda honesta, lejos de modas. Una voz que no grita, pero deja marca.





