por Daniel Benoit Cassou Artista, periodista y escritor Biografía José Ignacio y sus alrededores continúa…
Gabriel Chaile José Ignacio, Uruguay
por Daniel Benoit Cassou
Artista, periodista y escritor
Ha sido muy acertado para nuestro medio artístico el acercamiento del curador Pablo León de la Barra (Ciudad de México, 1972) al Uruguay.
De la Barra, de profesión arquitecto, tiene una larga carrera habiendo curado destacadas exposiciones. Es asesor de varias ferias de arte y ha sido curador jefe del Museo De Arte Contemporáneo de Niterói, donde reside actualmente, así como curador-adjunto de arte latinoamericano del Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand, entre otras tantas actividades que lo posicionan como un destacado comisario.
Desde hace ya un tiempo es habitual que Pablo visite nuestro país principalmente en estas fechas en el Este donde se desarrolla la mayor activad artística del Río de la Plata.
De la Barra nos acerca el mundo a la vez a la vez que posiciona a nuestro país dentro del mapa internacional del arte.
Nos guía dentro del escenario actual del arte internacional hoy día con una mirada analítica decolonialista, entre otras apreciaciones que el ámbito del arte requiere y obliga, a la hora de aproximarnos a nuestra época.
En esta oportunidad, y a partir de la invitación de Martín Craciun director artístico de Fundacion Cervieri Monsuárez (FCM), dirigida por Virgina Cervieri y Pablo Monsuárez, De la Barra ha tenido la brillante y acertada idea de invitar a exponer en José Ignacio al artista argentino Gabriel Chaile (San Miguel de Tucumán, 1985).
Mas allá de todo el éxito internacional y reconocimiento que ha tenido Chaile en todo el mundo, y dejando el cholulismo de lado, el hecho de su venida es muy necesaria, por no decir de carácter obligatorio para nuestro medio artístico en virtud de la influencia de este artista que ha logrado tener voz partiendo del medio del que proviene.
Chaile, formado en Bellas Artes por la Universidad Nacional de Tucumán, se desempeña abordando los campos de la antropología, la religión y el arte apostando a reivindicar la postura de las diferentes culturas, en su caso la indígena, que han aportado tanto en Latinoamérica y que han sucumbido durante siglos aplastados por la invasión colonialista europea.
Su obra parte de las culturas indígenas del nordeste argentino y su objetivo es reconstruir y continuar el linaje de su pueblo desarrollando una teoría que él denomina “la genealogía de la forma”.
Trabaja haciendo uso de la simbología autóctona, en su caso artesanías de uso tanto ritual como utilitarias, provenientes de las culturas Candelaria y Condorhuasi, que se han pretendido desmerecer frente al arte contemporáneo, llevándolas a tamaños monumentales y dotándolas de otro significado, donde la antropología y la voz del pueblo están presentes.
Usa estas piezas para denotar resistencia, para comunicar, para alzar la voz al mundo entero con la necesidad de visibilidad, reconocimiento y aceptación de sectores oprimidos por una sociedad que persiste en tener una postura colonialista.
Cuesta creer que un artista con una voz tan potente dentro del escenario del arte contemporáneo hable con un tono de voz tan bajo.
Mas allá de ser un gran artista, Gabriel es una persona que enseguida se le aprecia, se le quiere a partir de sus gestos y fundamentalmente de su humildad donde siempre tiene una palabra de atención para cada persona que se le acerca a saludarlo.
Fue el representante de Argentina en la 59ª Bienal de Venecia en 2022, momento en que tuve la oportunidad de conocerlo, donde representó a todas su familia a través enormes vasijas de barro dotándolas de nuevos significados, las que causaron un gran impacto en el mundo entero.
Él junto La Chola Poblete (Guaymallén, Mendoza, 1989), son los artistas argentinos con mayor repercusión en el mundo hoy día.
En esta oportunidad y bajo el título “Los jovenes recordaron sus canciones”, Chaile creó una gran pieza que situó en el centro de la sala de la FCM, confeccionada con abobe, barro y base de metal, que tuvimos la oportunidad de ver su proceso de construcción.
Chaile es un antropólogo visual que dota sus obras con un gran contendido ancestral cargadas de poseía, rituales, así como de relatos que hablan de un pueblo que resiste y fundamentalmente impregnadas de una mirada extremadamente crítica.
Su voz representa la de muchos sectores de nuestras sociedades actuales oprimidas por el aplastante peso del capitalismo, del mal capitalismo, que destruye todo lo que toca, ya sean tradiciones, costumbres y pueblos enteros.
Dentro de un hecho innovador, Chaile para esta ocasión dibujó toda la sala de FMS con líneas y dibujos con el fin de recrear la selva de donde él proviene, llamada La Yunga, recreando el lugar adecuado para albergar a esa gran vasija que también bautizó con el mismo nombre , la cual mas allá de ser observada es ella la que nos ausculta a la vez que nos interroga.
El edificio construido por el arquitecto Rafael Viñoly (Montevideo, 1944-2023), última obra antes de su fallecimiento, acertadamente tiene entrepisos que nos permiten una mirada aérea lo que potencia el acercamiento del espectador en la comprensión cabal de la instalación.
Asimismo y a modo de homenaje, en la sala del sub suelo y contando con prestamos de Galería Sur, Chaile ha creado un dialogo con cuatro obras de nuestros artistas Joaquín Torres García, Juan Carlos Figari (un hermoso candombe) y José Gamarra.
El artista de esta manera, invita a estos tres artistas a habitar su ámbito selvático, dentro de una postura que lleva el arte de precedencia europea al mismo plano que el arte latinoamericano autóctono.
Queda mas que claro el acierto y la necesidad de que pudiéremos contar con la presencia de Gabriel Chaile en nuestro país, con el fin de lograr una postura decolonialista que también nuestro país necesita.