CONOCIENDO LA OBRA DE JUAN CARLOS BARRETO

Gestor Cultural, Artista Plástico, Publicista y Diseñador Gráfico, Jotace Barreto (como él se denomina en sus redes sociales) es un maragato que vive el arte desde varios ángulos.
La formación en talleres de grandes maestros en dibujo, pintura, escultura, grabado y otras técnicas y su posterior formación y gestión en diversas áreas de la actividad cultural del país hablan de una profícua actividad artística. Premiado a nivel nacional y con murales y obras en centros culturales públicos y privados, dentro y fuera de fronteras, y habiendo desmpeñado varios cargos directrices en instituciones públicas del área de la cultura uruguaya (actualmente es Coordinador del Área de Gestión Territorial/DNC-MEC), Juan Carlos Barreto es un artista que ha descubierto la fórmula para hacer coexistir ‘creación y administración’, como forma de trabajar y desarrollar sus actividades artísticas. 
Su fase actual de creación tiene y conlleva la particularidad de la expresión espontánea e instantánea, sentido cúmulo de sensibilidades que servilletas de papel recogen de su pluma en Cafés ciudadanos.
Su arte denominado ‘servilletas de café’ es la magia misma de los reductos poéticos de posillos y encuentros, que el artista resume de forma simplificada y magistral en esos endebles papeles que pasan a ser el soporte perfecto de un lenguaje muy singular, con el cual describe y expresa su enorme pasión por el trazo, las formas, las líneas…, el arte.
Cargadas de códigos y simbolismos, y con una notoria influencia del diseño gráfico, sus obras parecen transitar la tenue línea que el arte y la filosofía se han encargado de dibujar, borrar y volver a dibujar a lo largo de la existencia humana.
Las interrogantes existenciales de siempre resumidas en espacios, en momentos…, el tiempo, la vida, la existencia, plasmado en abstracciones de figuras, de lugares, de soles, de ciudades, de amorfos seres… son la materia prima que inspira el decorrer mental del artista por caminos que su imaginación impregna, para luego volcar en sus mágicas servilletas de papel.
Ricardo Botana
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