Recorriendo Exposiciones DENSIDAD E INFINITOS

Desde su primer contacto con Resistencia en 2016, Diego Santurio (Salto, 1977) quedó prendado con el lugar, algo que le debe de ocurrir a todos los escultores que tienen la posibilidad de exponer acá.

Ciudad enigmática y atrapante, Resistencia fue escogida por Santurio para presentar nuevas series de sus trabajos.

Escultor que no para, en esta oportunidad nos invita a recorrer el espacio a través de una serie de obras compuestas por elementos que parecen arribar desde otras galaxias.

La consigna es mirar hacia arriba y dejarse atrapar por el movimiento de sus obras que cuelgan del cielo generando unas no menos importantes sombras sinuosas que aportan lo suyo.

El lugar que acoge la exposición es el amplio Centro de las Esculturas en la sala Iván Sagarduy ubicado en la zona céntrica de la ciudad.

El recorrido de la sucesión de obras da comienzo con una pieza de gran magnitud que nos señala el camino a seguir cual flecha que guía nuestra mirada hacia el espacio.

Para su inauguración la muestra fue irrumpida por un par de artistas provenientes de la danza.

Las bailarinas guiaron al público con movimientos sinuosos, llevando nuestras miradas en un recorrido a modo de vuelo que fue transitando por a través de

las líneas metálicas de las obras de Santurio.

También la muestra da cabida a una nueva serie de piezas en color negro de tamaños reducidos, en comparación con sus habituales de gran formato, muy seductoras por cierto, que anuncian otro nuevo recorrido de Santurio.

La herrería heredada desde su bisabuelo, aborda a Santurio quien se deja poseer por un espíritu inquieto y su creatividad no cesa. Hombre sumamente comprometido con su carrera, a la hora de crear no tiene límites y siempre sus piezas son motivo de admiración.

Acompañado de su padre, quien también se desempeña como herrero, Santurio se presentó con esta magistral muestra curada por Gustavo Insaurralde quien supo interpretar en forma clara y precisa la poética obra del artista.

“Diego Santurio genera una sucesión de tramas metálicas, hilvana el material con la prolijidad de un sastre pero seguramente respaldado por el oficio de la tradición familiar en la fragua”, reza el texto de Insaurralde que acompaña la muestra.

Ojalá que esta muestra se pueda ver en alguna sala de nuestro país.