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Recorriendo Exposiciones MADRE E HIJA EN DIÁLOGO
por Daniel Benoit Cassou
Estos días se está exhibiendo en la sala Espacio Arte del Carrasco Lawn Tennis Club dirigida por Isabel Fazzio, una muestra conjunta de las artistas Elena Caja y Elaiza Pozzi.
Existen dos vínculos que la unen, el sanguíneo, Elena es la madre de Elaiza y la pasión por el arte, motivo de punto de encuentro entre ambas.
Aunque las dos se expresan a través de la fotografía, ninguna de ellas son fotógrafas, sino que utilizan el soporte para transmitir las distintas provocaciones que les lleva a ocupar un espacio en el ámbito artístico.
Elena Caja (Montevideo, 1941) tiene una larga formación dentro del arte, habiendo cursado los primeros años la carrera de arquitectura siguiendo los pasos de su padre.
Ha dejado plasmada su exquisitez y calidad artística en varias exposiciones colectivas y personales. También ha logrado reconocimientos en certámenes nacionales e internacionales y su presencia en el ámbito textil es constante.
Asimismo utiliza para lograr sus obras otros soportes como la joyería, la poesía, las instalaciones y así como el arte textil.
Mujer sumamente lectora, ha encontrado a través de la fotografía la forma de plasmar su quehacer sensitivo con una narrativa donde las letras son sustituidas por las imágenes.
Su retórica es de carácter intimista.
Para componer sus obras se vale de fotografías que toma de las redes que luego interviene con las suyas.
Sus fotografías son pequeños relatos con un guion el cual debe de ser concluido, o no, en la mente del espectador.
Sus temáticas recurrentes indagan sobre la mujer, el rol de madre, el de esposa, el de amiga, sus aspectos emotivos, la intimidad femenina, la soledad, la vida compuesta por tenores nostálgicos básicamente.
De esa forma, sus composiciones se convierten aun mas en una narrativa poética, las cuales en algunos casos reúne bajo una serie para conformar una historia novelada, si se quiere.
Durante el período de encierro provocado por el Covid, Elena se ocupó de indagar, de bucear en su interior, buscando aun mas ese contacto íntimo consigo misma, que no siempre el trajín de la vida, nos lo permite.
De esa forma, dio cabida al análisis de la fragilidad del ser humano amenazado, a la vulnerabilidad que sufrimos en situaciones límites que agudizan aun más nuestros temores, nuestros miedos, constantes compañeros de asiento en el vagón de nuestras vidas.
Para el caso, tituló su propuesta “Esa fragilidad”, haciendo referencia a los distintos finos limites que actúan en nuestro ser donde todo es al mismo tiempo que deja de ser.
La corporeidad se torna frágil, se resquebraja, se vulneraliza, efectos que Caja maneja con solvencia y efectividad a través de sus veladuras, sus sobrexposiciones entre las distintas imágenes que escoge para sus poesías.
Sus fotos son un devenir constante que provocan al espectador, sensaciones desencontradas.
Todo fue en el mismo momento que deja de ser y eso es aplicable no solo a los hechos, sino a las emociones, a las distintas circunstancias que todo ser humano a traviesa a lo largo de su vida.
Concomitantemente, y en otra instancia, Caja escoge el ámbito de la muestra para presentar un libro de artista, compuesto por sus fotografías al cual llamó “Resplandor interior”.
Un compendio recuerdo para aquellos que la apreciamos y valoramos, qué dé forma generosa Elena ha querido compartir con sus familiares y amigos.
Por otro lado, su propuesta dialoga con las obras de su hija, Elaiza.
Elaiza Pozzi (Montevideo, 1967) proviene del ámbito de las publicaciones de moda femenina. Desde hace varios años conduce la revista Dress Mix que ha logrado convertir en un referente dentro de la moda.
Atenta y provocada por distintas manifestaciones del arte, temática constante de debate y encuentros con su madre, Elaiza se ha ocupado en formarse en aspectos teóricos con el ánimo de comprender y de acercarse al arte contemporáneo.
De esta forma y haciendo uso de su rol de productora editorial de moda, para su primera exposición, ha propuesto dos líneas de trabajo. Una que la une con la moda, la otra que la une a su madre.
Para ello convocó a nueve mujeres uruguayas referenciales dentro de nuestros medios, que a través de las redes reúnen mas de un millón de seguidores a modo de “influencers”.
Asimismo se ocupó de producir a sus modelos emulando los estilos artísticos de nueve artistas de renombre internacional como son Frida Kahlo (México DF,1907-1954), Barbara Kruger (New Jersey,1945), Cindy Sherman (New Jersey,1954), Meret Openheim (Berlín,1913-1985), Sarah Lucas (Londres,1962), Yoko Ono (Tokio, 1933), Louise Bourgeois (París, 1911-2010), Jenny Holzer (Ohio, 1950) y Nan Goldin (Washington 1953).
De esta forma, su propuesta titulada “Nuestra conversaciones”, apela al cuestionamiento del impacto que la digitalización afecta en el día a día a través del poder que generan las redes sociales.
La calidad de sus fotografías tan bien producidas e impactantes, denotan a la par que su temática, una clara y efectiva comunicacion visual.
Por otro lado, Elaiza presenta una propuesta muy diferente a la anterior, que apela a una sensibilización del ser humano, frente a la tala indiscriminada de los montes nativos.
En su caso, hace referencia a los efectos ocasionados en los montes de su país, los cuales se van reduciendo año tras año en forma exponencial a la vez que alarmante.
Para ello, con su obra “Volver”, recurre a la fotografía a la vez que crea un vínculo de las mismas con un elemento explicito como es un gran tronco proveniente de un monte indígena, que presenta a través de una instalación.
Esta obra, de alguna forma se puede entender como un homenaje, vínculo directo a la vez que afectivo con su madre que une con un cordón umbilical, ambas propuestas.
Elena comenzó su carrera trabajando con elementos naturales conformados por partes de la naturaleza, en algunos casos de carácter efímero y en otros permanentes que fosilizados forman parte de sus obras. Asimismo se ha valido y lo hace al día de hoy, de distintas manifestaciones de la naturaleza que plasma en sus fotografías.
La propuesta dual no tiene un solo hilo conductor. Puede ser leído de un lado al otro y lo interesante, más allá de las temáticas abordadas, de la sensibilidad que madre e hija manejan con extrema solvencia y efectividad.
La dupla de esta forma se potencia y revitaliza las propuestas convirtiéndolas en una muestra colectiva con grandes aciertos.
La muestra estará abierta al público hasta el 20 de octubre de 10 a 20 hs.