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Recorriendo Exposiciones GERHARD RICHTER

por Daniel Benoit Cassou
por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Biografía

Para los artistas alemanes de la posguerra, no les fue nada fácil abrirse camino dentro del ámbito internacional. Todo lo que provenía de allí, era mal visto y Alemania sufrió un bloqueo.
Primero había que sanar y apaciguar al mundo entero luego de las atrocidades que Alemania había llevado a cabo en manos de nazis y nacionalistas.
Joseph Beuys (1921-1986), fue quien marcó el camino de la sanación.
Pero tampoco le fue fácil a artistas nacidos luego de la IIGM como fue el caso de Anselm Kiefer quien tuvo que dar cuenta de su postura mismo habiendo nacido en 1945.
Gerhard Richter, Sigmar Polke y Georg Baselitz forman parte del trío de artistas alemanes de la segunda mitad del siglo XX, con mayor reconocimiento internacional.
La vida de Richter, quien reside en Colonia, estuvo marcada por la Alemania comunista ya que su carrera comenzó al servicio del poder, donde debió de pintar letreros para la difusión de la política en Dresde ciudad en la que había nacido en 1932, lo que le sesgó su perfil de muralista.
Luego de que egresara de Bellas Artes, en 1961, año en que fue levantado el muro que cercó a Berlín Occidental, se mudó a la República Federal Alemana donde continuó sus estudios en Düsseldorf, ciudad en que también se desempeñó como profesor.
Sus obras abstractas, algunas digitales, son el resultado de un proceso creativo donde en manchas, rayas y cuadrículas, parece resumirse todo lo dicho mediante el arte figurativo.
De alguna forma, su obra es el producto de un borroneo de tantas otras cosas expresadas, ya sean fotografías, pinturas de historia, paisajes y otras temáticas.
Sus trabajos cuestionan la necesidad o la importancia del arte luego del Holocausto y el régimen atroz del nacionalsocialismo que le tocó vivir.
Un cierto paralelismo con Kazimir Málevich (1879-1935), quien se ocupó en 1915 de resumir todo el arte en sus cuadros negros monocromáticos dando cuenta del “punto cero de la pintura”.
A partir de 1986 Richter comenzó a intervenir fotografías que pintaba encima, que daban cuenta del pasado, las que difuminaba para dar la sensación de desfiguración, de pérdida de un pasado reciente.
A partir de allí, mediante el rasqueteo sobre las obras, se devino en un artista abstracto.
Otro recurso que ha venido utilizando son sus espejos, los que de alguna forma utiliza para dar cabida a todo su alrededor haciéndonos partícipes de ciertas situaciones que aborda.
Fue a partir del encargo que recibiera en 1998 para diseñar el
vestíbulo del edificio del Reichstag, donde se decantó con seis paneles de vidrio esmaltado de gran formato, que comenzó a incorporar el vidrio en sus obras aunque ya le venía prestando atención desde 1967.
En 2014 retoma la pintura a través su ciclo llamado «Birkenau», en el que revisó su preocupación de décadas por el Holocausto, obras que ha cedido en préstamos permanente a la National Galerie, junto con un total de 100 obras que pertenecen a su fundación.
Las cuatro pinturas que forman parte de Birkenau, son el foco central de esta exposición llamada “100 works for Berlín”, que también incluye otras de diferentes épocas suyas, como «Aladdin» creado en 2010, serie de pinturas de vidrio inverso.
El punto de partida son fotografías del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.
Allí, Richter transfirió los motivos con carboncillo y pintura al óleo a cuatro lienzos que luego pintó sobre los mismos de manera abstracta.
Con cada capa de pintura, las copias pintadas de las fotografías fueron desaparecieron un poco más hasta que finalmente dejaron de ser visibles para el espectador.
Complementariamente, el artista compuso en 2019 junto a Birkenau, un espejo gris de cuatro partes, en los cuales el espectador se ve reflejado invitándonos a reflexionar.
En la muestra, también están sus pinturas monumentales «4900 colores» de 2007 y «Strip» realizada entre 2013 y 2016 (2x 10 metros) que Richter compuso con el apoyo de un programa informático generador de imágenes.
Tampoco faltan sus obras creadas en 2022, donde el artista usa fotografías y bocetos luminosos en color, todo lo que permite al espectador lograr una comprensión cabal de la evolución de la obra de Richter.
Una enorme satisfacción haber coincidido con esta muestra temporal dentro de la Neue National Galerie de Berlín, que siempre invita a ser visitada.

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