Saltear al contenido principal

Recorriendo Exposiciones
GEORGIA O’KEEFFE

por Daniel Benoit Cassou
por Daniel Benoit Cassou

Artista, periodista y escritor

Biografía

Georgia O’Keeffe (Sun Pairie, 1887-1986), es una artista que a medida que pasa el tiempo, más nos gusta.
Seguramente por el despojamiento de su pintura, por el tratamiento del color, por la sinuosidad así como por la sensualidad de sus trabajos.

O’Keeffe provoca una seducción similar a Giorgio Morandi, donde en épocas atiborradas de estridentes temáticas artísticas, necesitamos un poco de sosiego visual.
Verlos a cualquiera de ambos, implica un reseteo de nuestra mente cargada de información.

Georgia tuvo una vida persona atípica, pues siendo mujer en su época, se propuso llevar una carrera acorde a sus expectativas, lo que era por cierto, vivir por y para la pintura.

Dio con uno de los hombres más famosos y poderosos en el ámbito artístico cuando llegó a New York, cómo era Alfred Stiegliz, quien manejaba una galería de arte y estaba muy vinculado con el medio.
Se enamoró de ella a partir de sus pinturas que una amiga suya le hizo llegar, y en 1916 las expuso sin su consentimiento.
Ella furiosa lo increpó y ahí comenzó la relación.

Pero no todo fue color de rosa en la pareja, pues Stieglitz de alguna manera la coaccionaba, la controlaba, limitando su creatividad lo que recién va a lograr plenamente cuando se separa de él.
Su primer viaje a Nuevo México
lo realizó en 1929 a sus 42 años, cuando se enteró que su marido la traicionaba con otra mujer. Es así, que aceptando la invitación de una amiga, se adentra en el mundo texano, que le permitirá un gran renacer artístico, a la vez que emocional, pues conocerá a quien será el amor de su vida.

Juan Hamilton tenía sesenta años menos que ella y será quien la animará y ayudará, a continuar creando, como lo hizo hasta sus 98 cuando la muerte la alcanza.

De O’Keffee son muy famosas sus “flores vaginales”, que aunque ella siempre lo negara, el público lo entendió así.
En el desierto de Texas sustituyó las flores por las osamentas, pues allí había un cementerio con fósiles pre históricos.
Pero no por ello perdió la poesía de su obra que continuará expresando a través de huesos y esqueletos de animales.
Hay quienes interpretan que esos fósiles son el reflejo de sentirse seca, muerta por dentro, por no haber tenido hijos, puesto que Stieglitz siempre se opuso a ello.

En 1946 fue la primera mujer artista en tener una retrospectiva en el MoMA.

Nuevamente, en esta ocasión, el museo la acoge con una selección de dibujos realizados con carboncillo, grafito, acuarela y pastel, bajo la curaduría de Samantha Friedman.

O’Keeffe siempre se ocupó de dibujar partiendo desde lo figurativo y llegando a lo abstracto.
Estos dibujos, que casi podemos considerar como ejercicios, apuntan a demostrar lo que la artista siempre decía: “Ver toma tiempo, como tener un amigo toma tiempo”, lema que fue escogido como título de la muestra.
La muestra es una invitación al espectador a tomarse su propio tiempo para procesar esta obra nunca vista.

Se trata de obras atípicas, muy poco populares dentro de su discurso narrativo, el cual es conocido a través de sus rascacielos, flores, paisajes y osamentas con las cuales ha logrado su popularidad.

Judy Chicago le dio un lugar prominente en The Dinner Party (1979), en reconocimiento a sus aportes, aunque O’Keeffe se negó a unirse al movimiento de arte feminista así como tampoco cooperar con cualquier proyecto involucrado.

Volver arriba
Buscar